«Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5, 8)
Nuestra comunidad eleva a Dios una acción de gracias por el don de la vida del sacerdote Antonio Pintado Marqués, que se gastó y desgastó por nuestra comunidad desde 1977 hasta 1988 y que ha fallecido el 9 de febrero a los 75 años. Con cariño lloramos su partida de entre nosotros a la casa del Padre y dedicamos estas líneas para hacer memoria de uno de los pilares fundacionales de nuestra comunidad.
Nació en Moratilla de los Meleros (Guadalajara) el 24 de febrero de 1949 en una familia de cinco hermanos. Su vida de fe comenzaría el 3 de junio de ese mismo año cuando su familia lo llevó a bautizar a la parroquia de la Asunción de Guadalajara. Su familia emigraría a Madrid, en donde Antonio comenzó a dar sus primeros pasos en la vocación sacerdotal, entrando a formarse en el Seminario de Madrid. Tras sus años de formación fue ordenado diácono en la Catedral provisional de San Isidro de Madrid en 1975, y sacerdote el 28 de mayo de 1977 por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón en la capilla del seminario menor de Alcalá de Henares.
Comenzaría su ministerio sacerdotal en nuestra parroquia, a la que llegó el mismo año de su ordenación en este naciente barrio de Zarzaquemada de Leganés para colaborar con el primer equipo sacerdotal de nuestra parroquia para iniciar la comunidad que hoy contemplamos. Tenía a penas 26 años recién cumplidos y los retos eran incontables, pero apasionantes.
Durante los 14 años que sirvió a nuestra comunidad junto con Abilio, Juanjo y Plou se gastó y desgastó por la creación de esta nueva parroquia, trabajando en los institutos, organizando catequesis ante los miles y miles de niños que cada año se apuntaban… Labor desconcertante para la mayoría de las personas que estaban ya aquí y no sabían casi por dónde empezar. Uno de esos grupos juveniles fueron los Scouts Jaire, grupo que comenzó a funcionar con sus altibajos, pero su personalidad entrañable y atrayente hacía de aquellos que compartían tiempo con él una experiencia de calidez humana. En los campamentos estar con Antonio era como estar cerca del Cielo, porque era entrañable con los chicos y ellos lo sabían. No le hacía falta corregirles con palabras, pues solo con mirarlos se sabían amados por él e invitados a ser mejores chicos. Realmente le adoraban.
Tras poner en funcionamiento tantos grupos marchó a Brasil, donde ha permanecido casi 37 años de misionero. Marchó en 1988 con un grupo de sacerdotes prestados fidei donum por la archidiócesis de Madrid-Alcalá. Recabó en la diócesis de Jequié, donde tras realizar un año de adaptación a la cultura y el idioma, desempeñó distintas tareas pastorales como vicario parroquial y párroco. Allí permaneció durante 23 años hasta el año 2003, en el que realizaría un año sabático en Salamanca. Regresaría definitivamente en 2004, ahora a la diócesis de Ruy Barbosa. Colaboró como vicario parroquial y párroco, a la vez que se le encomendaron tareas pastorales de mayor envergadura como rector del seminario mayor Buen Pastor de Ruy Barbosa (2008 – 2015) y vicario general de la misma diócesis (2007 – 2020). Los últimos dos años y medio, ya con la la enfermedad avanzando los desarrolló como párroco de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Pintadas. El Señor llamó a Antonio a su presencia el domingo 9 de febrero a las 21:25 (01:25 en España) en el hospital de Todos los Santos de Feira de Santana, donde estaba ingresado por complicaciones de su enfermedad.
Su paso por nuestra parroquia ha dejado una huella imborrable en la vida y la fe de tantos de nuestra comunidad que conformaron aquella primera generación de testigos valientes y entusiasmados. Quiera Dios acogerle y premiarle por tanto bien dado y recibido de él. A su amor infinito encomendamos a aquel que supo ser reflejo del Padre misericordioso en aquellos años tan necesitados de un sacerdote joven, entusiasta, entrañable y cercano.
Algunas fotografías de Antonio Pintado de su paso por la parroquia hasta su funeral el 10 de febrero














Testimonio misionero de Antonio Pintado